El orondo sindico del distrito continua su agitado curso replantando palmas por caoba, cafe y nin, sin escuchar siquiera a las organizaciones sociales y comunitarias que le cuestionan su proceder nepotista. Menos aun, le ha llamado la atencion de los ecologistas y urbanistas que elevan su voz de denuncia frente a su actitud.
Muy bien por su delicadeza, pero la gente hay que escucharla. Los votos son depositados por el pueblo en las urnas y este hecho va a restarle mucho al flamante y honorable sindico del distrito.
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